Abel Meeropol

Fruta extraña

Los árboles sureños dan una fruta extraña
Sangre en las hojas y sangre en la raíz
Cuerpos negros balanceándose en la brisa sureña
Extraña fruta cuelga de los álamos

Escena pastoral del galante sur
Ojos saltones y boca torcida
Fragancia de magnolias, dulce y fresca
De pronto, el olor a carne quemada

He aquí una fruta para que los cuervos la arranquen
La lluvia la recoja, el viento la absorba
Para que el sol la pudra, y caiga del árbol
He aquí una extraña y amarga cosecha.


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